MARI CARMEN

“-Déjalo ya Mari Carmen… Ya no tienes necesidad de andar por ahí de arriba para abajo, hasta tarde… Que la vida ha cambiado. Que ya no es como antes. Que cualquier día algún niñato de esos que llenan nuestras calles con sus gorras y sus motos, de esos que no respetan a nadie, te van a dar un susto.Déjalo ya Mari Carmen… Yo se que a ti te gusta lo que haces. Aunque además de esto te has buscado la vida en lo que hiciera falta. Que tus rodillas y tus manos saben lo que es fregar suelos mejor que nadie. Que todo era poco para tu hija. Pero ya no es necesario. Por suerte no tienes ya esa obligación, y podrías vivir muy bien y muy tranquila entre tu pueblo, La Campana, y Sevilla. Y los veranos en Chipiona verdad?Déjalo ya Mari Carmen… Que no tienes necesidad de cargar y tocar mas esa guitarra, ni de gastar esas sandalias, ni de vestirte de pastora por navidad, ni de flamenca en la feria o el rocío, que no… Déjalo ya Mari Carmen…”Mari Carmen torció la boca, miro al fondo de la calle y se fue caminando con su guitarra a cuestas sin hacer mucho caso. Me queda el consuelo de que Sevilla la conoce y la respeta.A mitad de la calle alguien desde un velador de un bar le grito: “Pantojita canta algo!!” Y allí fue “La Pantojita” con su guitarra a complacer a su publico.